El Margay es un pequeño gato salvaje que prefiere la oscuridad para cazar, al igual que el gato de arena. Es una criatura solitaria, que pesa entre 6 y 20 libras (2-9 kg), con una cola que coincide con la longitud de su cuerpo. El Margay posee muchos atributos físicos que lo convierten en un excelente trepador de árboles. Sus largas patas, articulaciones flexibles y cola larga le permiten a la criatura moverse rápida y elegantemente entre los árboles. El Margay opta por permanecer en los árboles para mantenerse a salvo de los depredadores. Su cola le ayuda a mantener el equilibrio y le permite saltar de rama en rama con facilidad. Además, los margays pueden colgarse boca abajo como los primates sólo con sus patas traseras. Lo que diferencia al Margay de otros felinos es que puede girar sus tobillos 180 grados hacia afuera, lo que le permite sujetarse de manera flexible con dos pies mientras usa sus patas delanteras para alcanzar la comida.
En términos de caza, el Margay tiene grandes ojos redondos que proporcionan una excelente visión nocturna y brillan intensamente en la oscuridad. Estas esquivas criaturas prefieren vivir en áreas remotas y menos pobladas donde se alimentan de diversas criaturas como ratas, zarigüeyas, pájaros, insectos, monos y ardillas.
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Estos impresionantes felinos salvajes son reconocidos por su capacidad de sobrevivir hasta 20 años en cautiverio.